jueves, 14 de julio de 2016

Asteroide 329


Este quinto planeta era curioso. Era el planeta más pequeño de todos, tanto que sólo había lugar para un farol y su farolero.
Este planeta le parecía absurdo, pero no más absurdo que los personajes que había conocido en los planetas anteriores.
Cuando el Principito habló con el farolero, y este le explicó cuál era su trabajo y lo terrible que era, no entendía por qué le parecía tan terrible su trabajo, luego éste le explicó que los días ya no duraban tanto cómo antes y que en cuestión de segundos, el día se volvía noche.
Al escuchar todo esto el Principito sintió envidia de una cosa, y era que el farolero podía ver cuantos amaneceres quisiera.

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